Música para traducir

Muchas veces he intentado trabajar con música, buscando algún estilo que me ayude a concentrarme en una traducción. Sin embargo, no lo conseguí hasta que inicié las prácticas como localizador del CEDEP, el Centro de Estudios de Postgrado de mi Universidad.
 
Durante 120 horas de traducción inversa era imposible estar concentrado al 100%, así que poco a poco confeccioné una lista de los estilos musicales que más me ayudaban al desempeño de esta labor.

Además, diversos estudios han probado que la música afecta directamente a nuestro cerebro, tanto para animarnos como para calmarnos o hacer que nos concentremos. Entonces, ¿la música tiene consecuencias beneficiosas para nuestra salud? La respuesta es un sí rotundo, como se afirma en un artículo de la CNN (haz clic aquí).


Foto extraída de la cadena CNN (Cable News Network):
http://edition.cnn.com/2013/04/15/health/brain-music-research/


Por estos motivos probé muchos estilos para averiguar cuál me ayudaría más a concentrarme. Empecé con música que escucho a diario, pero no funcionaba ya que era muy rítmica o conocía la letra y me distraía. Decidí probar con música clásica, y fue entonces donde encontré el equilibrio en su justa medida. La clave está, en mi opinión, en escuchar algo que dure suficiente tiempo como para no tener que estar cambiando constantemente (si no dispones de una lista o de un reproductor), pero que no sea tan pausado como para dormirte. Fue así como decidí escuchar música clásica mientras traducía.

 
Escogí compositores conocidos, con sonatas y sinfonías vivas y de renombre para hacer aquello lo más ameno posible. Entre los que más solía escuchar os recomiendo a Vivaldi y sus archiconocidas Cuatro estaciones, Antonín Dvořák y su Nuevo mundo, son composiciones lo suficientemente largas como para no cansar al oído, pero al mismo tiempo al estar divididas en cuatro movimientos, siempre se mantienen vivas debido a los cambios que se producen. Tchaikovsky también funcionó a la perfección, al igual que Bach o Mozart.
 
Por supuesto, no solo es útil para traducir, cualquier tarea que requiera de gran concentración servirá, además de para aprender mucho sobre la música clásica. En definitiva, se trata de una cuestión de gustos, no a todo el mundo le funcionará, pero como a mí sí que lo ha hecho lo comparto con vosotros. ¡Comentad si se os ocurren más ejemplos!

Aquí os dejo con Antonín Dvořák:

Por cierto, para esas duras mañanas de sueño he cambiado recientemente de estrategia y suelo escuchar música electrónica para despertarme. ¡Eso y un café hacen el resto!